INAUGURACIÓN

DISCURSO INAUGURAL MINISTRO DE JUSTICIA. SEÑOR LUIS BATES

Lectura estimada: 7 minutos 136 views
Descargar artículo en PDF

 

 

INAUGURACIÓN

DISCURSO INAUGURAL MINISTRO DE JUSTICIA SEÑOR LUIS BATES*

En primer término, quiero transmitirle a los organizadores de este encuentro un mensaje del señor Presidente de la República quien, impuesto de este seminario, me ha solicitado que les transmita un cordial saludo y sus deseos de éxito en las jornadas que vienen a continuación.

En segundo lugar, creo que es muy importante que un seminario de esta naturaleza se haga en una casa de estudios como la Universidad Católica que, por lo demás, en lo personal me ha albergado durante tantos años. Creo que es una demostración de lo que deben ser las universidades, en cuanto a su contribución a la resolución de problemas sociales tan importantes como aquellos temas que van a tratar ustedes en las jornadas que siguen.

Me es muy gratificante ver que entre quienes organizan este encuentro esté presente naturalmente el Consejo de Defensa del Estado, organismo al cual pertenecí por muchos años y que ha tenido un papel importante en los esfuerzos por reducir los índices de corrupción y también de los delitos asociados al narcotráfico y otros; también el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Centro para la Prevención Internacional del Delito en lo que tiene que ver con la comunidad internacional.

El programa diseñado me parece que es bastante completo. Cubre buena parte de los temas más importantes que tienen que ver con la corrupción y la delincuencia organizada. Son temas extremadamente vastos, que nos dan la oportunidad para reflexionar, compartir experiencias y sobre todo ver cuáles pueden ser los pasos a seguir después de este seminario.

Quisiera compartir con ustedes una reflexión muy personal sobre el tema de las convenciones internacionales. Aquí se habla de la Convención Interamericana contra la Corrupción, la Convención de la OCDE, la de la Delincuencia Transnacional Organizada y los esfuerzos que se están haciendo hoy al nivel de Naciones Unidas.

Mi opinión es que estas convenciones son instrumentos jurídicos particularmente importantes y reflejan un esfuerzo de la comunidad internacional para abordar estos problemas, que preocupan en la actualidad a la humanidad.

Sin embargo, no obstante la importancia de este esfuerzo de la comunidad internacional reflejado en las convenciones, un tema importante a reflexionar es el que tiene que ver con el efectivo impacto de éstas tanto en el ámbito local nacional como en la esfera de la comunidad internacional y, muy especialmente, lo que tiene que ver con la implementación y la aplicación efectiva de estos marcos jurídicos internacionales. Los esfuerzos que se hacen en esta línea son ciertamente importantes, pero creo que el monitoreo que sigue a estas convenciones y la identificación de los elementos que dicen relación con su implementación y aplicación en el plano de las realidades, es un factor importante a considerar para su éxito.

También importa que no haya duplicidad de esfuerzos en estas materias, puesto que algunos de los temas ya tratados en las convenciones regionales los vemos nuevamente puestos en el programa de las Naciones Unidas. Esos esfuerzos regionales podrían aprovecharse muy bien para las acciones que las Naciones Unidas están realizando a escala global en el tema de la corrupción.

Propongo, como sugerencia de reflexión, poner el acento en los aspectos de la implementación y aplicación de estos instrumentos internacionales, para que tengan verdaderamente un impacto. Sabemos, por ejemplo, que la tarea de monitoreo en el ámbito de la Convención Interamericana contra la Corrupción no ha tenido la misma fuerza y el mismo énfasis que el monitoreo de la Convención de la OCDE.

A los invitados extranjeros quiero señalarles que nuestro país, tanto en el tema de la corrupción como en el tema de los esfuerzos por reducir el narcotráfico y el lavado de dinero, goza de muy buena salud. Quiero reiterar y aprovechar esta audiencia para enfatizar esta idea.

En el tema de la corrupción soy un convencido que no solamente hemos tenido una tradición de buenos niveles de ética pública y privada, sino que esta buena salud se ha manifestado de manera muy clara con los hechos conocidos últimamente en el país, que son de público conocimiento, y que han afectado la ética pública en algunas áreas.

La reacción que ha habido como país de todos los sectores de la dirigencia política, de las organizaciones civiles y en general de la sociedad civil en su conjunto ha demostrado que efectivamente disponemos de buena salud en ese ámbito.

La legislación sobre probidad que se dictó en el año 1999 ha sido un avance importante, muchas de esas normas hoy no sólo se están aplicando en procesos conocidos, como por ejemplo el cohecho; sino que también se hizo un esfuerzo, hubo una reacción de todo un país, que se concretó en las leyes que todos conocemos, las de la llamada agenda corta.

Quiero destacar que nunca un gobierno en este país se había autolimitado poder en los términos que lo ha hecho esta administración con las leyes que ya fueron aprobadas y promulgadas por el Congreso Nacional. Destaco este hecho porque en mi opinión es inédito que en las medidas que tienen que adoptarse para combatir la corrupción y fenómenos asociados un gobierno se autolimite poder en materia de gastos reservados, por ejemplo. Esa es una señal, un índice de que –como decía- gozamos de buena salud y que nuestra ubicación en los rankings internacionales se encuentra plenamente justificada.

Quisiera también señalar la importancia que tiene en el orden interno la Reforma a la Justicia Penal, la cual comprende no sólo el enjuiciamiento o el procedimiento, sino que una reforma penal sustantiva que se está trabajando en el Ministerio de Justicia y que se traduce en una reforma integral al Código Penal a partir de diciembre de 2004.

Pienso que si la reforma al enjuiciamiento o al procedimiento no va asociada de una reforma a la ley penal sustantiva, sus efectos van a tener alguna limitación. En este mismo sentido, la reforma penitenciaria, las construcciones de nuevas cárceles vía concesiones que se están realizando en el país, entre otros, son cambios a la justicia penal que forman parte de los esfuerzos por reducir los índices de la criminalidad internacional.

Probablemente uno de los capítulos más importantes en este tema –que será parte de este seminario– es el que tiene que ver con la cooperación judicial internacional y cómo hacer para que esta cooperación vaya más allá de los textos y se transforme en actos de la vida cotidiana, en especial cuando se trata de combatir el crimen transnacional con todas las dificultades y las complejidades que tiene investigar y sancionar ilícitos de esta naturaleza.

Por eso, junto con estar muy gratamente acompañado en esta ocasión, deseo a ustedes que este seminario sea realmente fructífero, que no sea un episodio, sino que parte de un proceso que debe continuar. Buena parte de lo que se reflexiona en jornadas como ésta y el seguimiento de ellas, tiene que ver con el compromiso auténtico de cada uno, compromiso de cada uno para seguir realizando esfuerzos en beneficio de los objetivos que ustedes se han propuesto.

Muchas gracias a todos y les deseo el mejor éxito de esta jornada.

* NOTA DEL EXPOSITOR: Las conferencias o charlas se construyen para ser pronunciadas o escuchadas y no para ser leídas con posterioridad. El instante en que se producen, su oralidad, la actitud y composición del auditorio, la inflexión de la voz, la manera de efectuar las citas y otros factores las condicionan. Escribir un artículo sobre un determinado tema implica otras situaciones. En el contexto de estas aclaraciones se publica el texto precedente.

CONTENIDO